15 de marzo de 2007

CXXVI.- Arlequín Falible


Ceguera de lo sumo repentino,
confianza que de niño arrebató
mi sonámbulo ignorar sin ojos,
por un cuanto de no sabes qué.

Son el mar innumeral que vuelve
a donde corren por la hierba tapete,
cuando baja la baraja entre los dedos
y la perla dispareja de su fino saltarín.

La divina mordida infrecuente,
tan parca con la vida, tan cruel,
que se quiere dar a nátura solemne:
lo que nadie se confía en reprimir.

Pero láminas de filo imprevisto farol,
siempre hay, cariño, siempre las hay:
o se agazapan en el viento frío
o se disipan cuando ya no estás.

4 comentarios:

Joel Langarika dijo...

Me gusta mucho tu poesìa, a veces, vislumbro a Huidobro en tus palabras, pero es ese magnetismo tan tuyo el que atrapa con tus letras. un saludo desde mis mares. joel

Camilo Aravena dijo...

arlequín es sin hache, hermógenes

Cuculí Pop dijo...

Se me abía pasado, Hosvaldo

Anónimo dijo...

ME ENTRETIENE LEER TUS POEMAS, SON MUY ESPECIALES, NO TE DETENGAS

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