
Pudo haber tenido problemas al nacer
o labio leporino o anda tú a saber.
Incluso muchas veces las madres sin amor
les azotan la cabeza con dolor.
El caso es que a los veinte no sabía ni leer,
iluso y perdido sin alma ni abrigo,
que solo por las calles lloraba,
pidiéndole comida a una mujer.
Aunque nunca nadie vio el cuchillo,
ni el bolso de la puta, que no lo tenía él,
ese cojo que corría sin un ojo, cayó
y fue aprehendido como vil ladrón.
Y otro infame tuerto, sin decir por qué,
en la vieja casa muerta fue su amigo,
lo libró de la pereza y le enseñó a correr
por cinco peras y un higo.
o labio leporino o anda tú a saber.
Incluso muchas veces las madres sin amor
les azotan la cabeza con dolor.
El caso es que a los veinte no sabía ni leer,
iluso y perdido sin alma ni abrigo,
que solo por las calles lloraba,
pidiéndole comida a una mujer.
Aunque nunca nadie vio el cuchillo,
ni el bolso de la puta, que no lo tenía él,
ese cojo que corría sin un ojo, cayó
y fue aprehendido como vil ladrón.
Y otro infame tuerto, sin decir por qué,
en la vieja casa muerta fue su amigo,
lo libró de la pereza y le enseñó a correr
por cinco peras y un higo.
1 comentario:
Los ritmos son distintos...pero los latídos no...tal vez sólo haya quienes caminen en otra dirección...
me deja pensando...intensamente, tu no sabes, pensando...
muy bueno
un saludo
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