
Maldita mala muerte y tan violenta,
que nos deja abandonados sin calzones,
que se lleva con el ánimo del lucro
nuestras vidas tan amadas corazones,
sin voluntad de su precioso amado dueño.
Ya no quiero seguir siendo ni viviendo:
que me amarga la vidá que amamos juntos,
cual terrible en ese sueño que no es,
que ya pasó, que no pasó y que no está más,
que me duele y no lo encuentro entre mis cosas,
que se viene él a vivir en mis recuerdos:
no lo veo y lo acaricio entre poemas,
no lo descubro, ni su risa ni sus penas,
ni su caracter que tan fuerte de manojos;
nunca más, ya no va más y me hago muerte.
Porque soy alma, sigo siendo alma de flores,
no soy tan fuerte, amada mía, soy un lirio,
y quiero hacerme en agua clara que no sufra,
pero estoy siempre condenado a la tristeza,
de mi otra vida ya tan lejos de su muerte.
Quiero sentir y no morir su niño mío,
ser astro nuevo que no hay forma de apagarlo.
Perdonamé, no fue mi culpa y ya estoy harto!
No quiero ser la cruz perdida y tu desdicha,
que soy el grito del silencio en tanto ruido!
Yo lo lamento, pero debo abandonarlo:
ya no quiero desprenderme de su furia,
ni ser mujer ni ser un hombre en cobardía:
traerlo de vuelta y ser su sábana perfecta,
ser su frazada y su callado amado leño.
Quiero seguir eternamente todo el día
y darle teta en toda el alma para siempre,
pero se ha ido y que ha pasado; no lo encuentro!
Pero la muerte se aprovecha de nosotros:
nos hace mierda o nos perfuma y nos alienta,
nos entristece o nos encubre descuidados,
que no pudimos y, muy tarde, nos alerta.
El viento de espuma nos hace su vientre;
su yermo de sangre se viene a vivir;
cual niño y cual hombre nos dan de palmadas,
sus aspas de fuego y qué fue de mi Dios?
1 comentario:
KOMO ESCRIBES !!!... KOMO HACES SENTIR!!
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