27 de febrero de 2008

CCCXVI.- Ya verás


Como el vino que un borracho
nauseabundo no posterga,
seré el viento arrepentido
que hace ruido y no se va.

Poblará sano mi mente
lo que no te pertenece.
Llenará mis obsesiones
otro símbolo y no tú.

Van a haber largas semanas
en que ya no te recuerde:
noches sobrias y calladas
sin tu necia voluntad.

Cumpliré cuarenta años
y vendrás de nuevo a verme:
yo diré a mi mayordomo
que te deje algo de pan.

Pues seguro viene el día
en que por fin me de lo mismo:
sea tu adiós o tu llegada,
indiferentes para mí.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

El tiempo es el mejor aliado del desamor.
Viole

Tabita dijo...

Espero no te moleste, te linkeo desde mi blog para no perderte la pista, y vuelvo al ratón para desmembrar tus escritos... ahora mismo la perestroika me tiene ocupada. Saludos

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