
Espejo de agua que inúndalo todo,
te cruzo dormido y espero salir
despierto, y me arropa tu ingénito lodo
de grata humedad, que me fue Cuculí.
Yo veo tu cara de flores maneras
tendida en el prado brillar. Me rendí:
serena y sirena de dulce y somera
cereza belleza, maleza y delfín.
El viento sacude sin voz mi bolero
de vasta mirada y me nublo. Dormí:
me cubro la vista de su águila, quiero
lograr un bosquejo con trozos de ti.
Te miro distante, voraz cucaracha,
cual mínima loica, muy cerca de mí.
Me siento distinto, políglota y ancha
se ve por completo tu cara feliz.
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