18 de febrero de 2008

CCCVIII.- El Pupo



Arrojo al aire nieve inseparablemente música
y siento pudibunda su caricia, su calor
proclive sólo a mí, considerándome
y dando como arcángel animante
la cándida soñada que sin duda merezco.

Se acerca rutilando nueva y mece mi son,
su cara náutica que rubia y muda crece
como flauta a su platino, culinauta al sol,
peligroso dentro mío y melodioso perece.

Surco todo el mundo de baldías fanfarrias
que vitálico y marión me favorece al nacer
y he escogido el leve ser pertenecido y plural,
porque entrega su total y nueva cámpanaranjaula.

Al destino puerto mar de vino trino desierto,
detrás de cada látigo latido y mural,
mi sangre mueve coros nuevos: siento que huye:
caminata, cabalgata, meridiano y paladar.

1 comentario:

Débora Hadaza dijo...

"Yo voy detrás de cada látigo latido y, mural,
mi sangre mueve coros nuevos"

eso se oye muy bien!

Nos gusta Cuculí Pop