
Posar mi loica musical en el hombro
ese de rizos y frondosa cabellera,
predestinarme en agotar el asombro,
guardar silencio y de la misma manera
hollar amando lo que note y nombro.
Quiero vagar por Almirante Montt:
pedir allí mi cenicero, la lumbre,
mi Torobayo, la ensalada mejor
y descubrir eso que nunca descubre
el buscador sin su dormida convicción.
2 comentarios:
Lo encontré y lo amé, además creo sentirme reflejada en la fotografía, asi me siento al menos. Gracias por cada uno de sus poemas señor escritor.
¿Quién te escribía cien versos, dime niña, quién era?
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