
Nada más solitario que un pan nuestro,
que ese tiempo que se pierde en el café,
y a un pan abandonado no lo reza nadie,
porque algunos corazones valen cien.
¡Nada cuesta tanto en este qué comer!
Mi boca se parece a un volantín
que no tiene más amor que el viento libre
o una espuma fría y negra en el mantel.
Yo no necesito que me quiera nadie,
tengo solitario el corazón.
Sólo quiero a un perro para darle un hueso,
sólo quiero un beso para dártelo.
Si ninguno vale nada para nadie nunca,
ese gato negro morirá,
cientos de gusanos besarán su cara
y un pan abandonado quedará para comer.
que ese tiempo que se pierde en el café,
y a un pan abandonado no lo reza nadie,
porque algunos corazones valen cien.
¡Nada cuesta tanto en este qué comer!
Mi boca se parece a un volantín
que no tiene más amor que el viento libre
o una espuma fría y negra en el mantel.
Yo no necesito que me quiera nadie,
tengo solitario el corazón.
Sólo quiero a un perro para darle un hueso,
sólo quiero un beso para dártelo.
Si ninguno vale nada para nadie nunca,
ese gato negro morirá,
cientos de gusanos besarán su cara
y un pan abandonado quedará para comer.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario