23 de abril de 2008

CCCLVII.- Marimorena



Mediodía de la cruz poniente.
Rubicunda melodía compacta.
Planetoide personal y presente.
Cuna arena algarabía láctea:
yo soy feliz.

De la manta delicada que cubrió mi ser,
preferí sin vacilar tan obcecado el humor
que iba apagándose conmigo, poroso
de cada cosa su peor significado,
tormentoso y malhumorado.

Pero fue así que descubrí yo la natividad,
el esperanto que hay en ella de felicidad,
conjuro y llanto de alegría, todo el día sumar,
multiplicando mi canario su canto.
Y fui feliz.

Echando lejos al estricto y su banal,
despavorí su larga data de muerto,
le arrebaté ese maletín de las manos,
le di la espalda al abogado circunspecto,
por esparcir en la campiña su mal,
y estoy contento.

Muy contento.

2 comentarios:

Peperina Rock dijo...

No sé porqué, pero me han parecido tan interesante tus historias de vida... Más que nada tu autobiografía y la historia que entrelaza a la tía infiel con el perro maricón...

En fín...supongo que tenía que decirlo, no?

Adios coterraneo, nos vemos pronto...


Besos Rockeros!!!

Cuculí Pop dijo...

Había que decirlo.

Nos gusta Cuculí Pop