Bienvenido al mecanismo de la muerte,
a su pátina de lento consumo,
al olvido del olvido de tu voz marchita
en el recuerdo de aquellos que no están.
a su pátina de lento consumo,
al olvido del olvido de tu voz marchita
en el recuerdo de aquellos que no están.
Una noche soñaremos sordos y desnudos,
sumergidos en la amnesia de la música
de ese mudo mundo sito en el pasado perdido.
sumergidos en la amnesia de la música
de ese mudo mundo sito en el pasado perdido.
Canciones, caídas, risotadas apagadas,
amenos agasajos en el club del tiempo:
todo perderá su color
contra el viento inexorable del siglo
que ha borrado su ficción agotadora y confusa.
amenos agasajos en el club del tiempo:
todo perderá su color
contra el viento inexorable del siglo
que ha borrado su ficción agotadora y confusa.
Y aquí viene la bicha que llevamos
dentro:
un espectro aterrador que se vive eternamente
y que muere para siempre palpitando,
cual oruga silenciosa, nos eriza la piel,
o crisálida enervante que nos duerme
con su práctico veneno perfumado,
resignado a la cadena más lejana
de los besos y las caras despedidas
en la burla de nocturnas mariposas
o en el óxido carbón de los entierros.
un espectro aterrador que se vive eternamente
y que muere para siempre palpitando,
cual oruga silenciosa, nos eriza la piel,
o crisálida enervante que nos duerme
con su práctico veneno perfumado,
resignado a la cadena más lejana
de los besos y las caras despedidas
en la burla de nocturnas mariposas
o en el óxido carbón de los entierros.
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