
Y algún día le podrías responder,
decirle bien, alguna cosa, no sé.
Mas no dejar así a esa rara palta vieja,
que se muele y se consume llorando.
¡Respóndele, maldita sea!
¡Comunícate con él y siéntelo!
Hostígalo una noche diciendo
que su sombra se ha borrado para ti.
El balcón en que desnudos fumaron
va llenándose de plumas de paloma
y de polluelos de paloma muertos.
De negros huevos ciegos de paloma,
de secas cagarrutas olvidadas
y de oscuros nidos pálidos vacíos.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario