17 de marzo de 2008

CCCXXVIII.- Mi vértigo ahínco suplicio de ti


Cual químico abrigo te habita en la voz
el terco sentido invisible y me voy
volando, pirueta que muda su canto
sencillo y amable en aprecio fulgor.

Por algo camina en arácnido fuego
de cruces un aire que toca la piel
rendida, silueta imprecisa, completa
con bloques de fieltro que te unen a mí.

Si vago desnudo en la calle poblada
de gente que pasa sin verme reír,
la sombra feliz de mis pasos alados
yo ciego sumerjo muy dentro de ti.

1 comentario:

Débora Hadaza dijo...

"la sombra feliz de mis pasos alados,
yo ciego sumerjo muy dentro de ti"

lindo!

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