
La gordita que me gusta mucho,
la feíta que me encanta más,
libremente levantando el alma:
el ombligo no le importa na.
La canción que le arrebata, baila.
No halla nada a qué agarrarse y voy
presumiendo ser romeo jaula,
pero siempre semes capará.
Ella ignora mi telón de fondo:
no le importa lo agradable que es.
Sólo busca entre las luces, algo
la seduce, pero no soy yo.
Allá lejos, a los diecinueve
la cintura desapareció.
Su barriga reflejando mueve,
su mirada, su jamón sudor.
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