12 de marzo de 2008

CCCXXIV.- Vuelta otra vez



Qué tediosamente opaco se presenta ante nosotros
el terrible y ominoso menester de cada día.

Un mendigo que agradece lo que nadie le da,
el inútil que recarga las tarjetas para el tren,
nuestro invierno en risotadas de doscientas meretrices
y gorriones que palpitan en la sangre del papel.

Oxidado, el candado que aguardaba mi partida
cada tarde y, por la noche, se ha perdido por fin,
con las viejas macetas que hace tanto reían
y ahora debo deshacerme de todo lo que fui.

Finalmente siempre vienen los planetas numerosos,
los abrazos de año nuevo y las fragancias del paté,
el aplauso de la gente y los absueltos peligrosos,
las visitas sin aviso y el Mercurio sin leer.

Viene todo nuevamente, porque todo sigue igual,
porque en eso consiste el movimiento universal:
es el orden previsible de los péndulos callados
que retuercen lo invisible de las horas en mis pies.

1 comentario:

faifitalinda dijo...

Solo hay que dar vuelta la página y otra hoja se abrirá,no leas lo de ayer ni lo de mañana solo HOY es tu día así es mejor;no olvides las palabras "caminante no hay camino,se hace camino al andar" ,RECOMIENZA a andar y verás la luz del camino BRILLAR.

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