Estoy enamorado de mis hijos,
y velo callado
el silencio en que no están.
Cumplo con el vértigo de amarles,
y marco en mi bitácora
los días que vendrán.
Las alas de una frágil mariposa se despliegan
eternamente en fuga,
dejando al volar
acaso crisálidas vacías
o solamente añicos sin valor,
mas estiércol que es abono
de nuevos paisajes,
de tibios nacimientos
o verdes follajes
en sombra de botones
que luego abrirán
de nuevo al culminar y ser ombligo,
cual vástago de luna plural.
Estoy enamorado de mis hijos,
y marco en su bitácora
la vida que se va.
13 de noviembre de 2020
MLXXIII.- Ninfáfula
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario