7 de abril de 2020
MXLVI.- Maricón Finamiento
Cierra la puerta por dentro y escucha:
deja tus zapatos en ese rincón
donde nadie se atreva a tocarlos,
y busca una toalla en el balcón,
porque estás con la piel muy sucia
y no quiero que se enferme el viejo Carlos.
Arroja esa mugre que llamas mascarilla
y métete a la ducha. No quiero pelear.
Se muere mucha gente en Roma y Sevilla.
Y tienes el descaro de venir a este lugar?
No estás obligado a llegar al trabajo,
ni tiene sentido que recorras la ciudad.
Hoy día te acuestas y duermes allá abajo.
Yo lavo mis manos de tanta suciedad.
Maldigo estas noches eternas de encierro,
de gente tan enferma que no tiene qué comer
y se ocultan de la peste tras barrotes de fierro
los niños, los viejos, el perro y la mujer.
Cuando esto termine me iré por el mar
contento y desnudo ante tanta belleza.
La tierra ha traído la cuenta a la mesa
y todos se han ido riendo sin pagar.
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