15 de diciembre de 2019
MXXI.- Lutodavía
Hay una migaja
que guardo para siempre,
un guiño desde entonces,
un sol que nunca más:
el pan se multiplica,
el pendulo devuelve
su tac que parpadea,
mas todo se consuma
y nada volverá.
La muerte es sólo eso:
del mundo queda agua,
cual roca que disuelve
la mar tan persistente,
un círculo ficticio
que miente en la memoria
su fábula de dulce
pasión y primavera,
pero eso no era tal.
Se dicen tantas cosas,
se juran para siempre
y, aquí donde hay veneno,
se bebe la mitad:
no es culpa de los niños,
ni el viento lo disipa,
es fuego que se apaga,
perdón que no se pide
y vida sin llorar.
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