CMXXXVIII.- Bona Fides
Siempre se puede
dejar pasar,
perder un lugar,
ser uno el que cede.
No existen excusas
para tanto sollozo:
los ojos llorosos
son sólo pelusas.
Traigo una guirnalda
para nosotros dos.
No me digas que no
ni me des la espalda.
Siempre es mejor
volver a empezar,
arrojarse al mar
y hacer el amor.
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