15 de septiembre de 2018
CMXXXVI.- TAB
Yo me enamoraba de inmediato.
Recogía cuatro flores en un prado infinito
y me pasaba en el correo largas tardes
dibujando lunas llenas para aquella dulce niña..
Mariposa que me hacía tan feliz
y que luego una mañana se olvidaba de mí,
devolvía mis esquelas en la calle Miramar
para dejarme solo.
Toda la profunda tempestad sin máscaras
ni cruces, me invadía la melancolía:
el mundo sin sal de un huevo sin cáscara
ahogaba mi garganta triste, y se reía.
Si a alguna llevaba a mirar las estrellas
le confiaba mi alegría a su suerte
o las seguía hasta vivir con ellas
y, en silencio, me iba cual susurro de la muerte.
Y ahora resulta que soy así,
que me falta el tornillito de la calma,
que me brotan palomas del alma
y me quedo vacío infeliz.
Pero tú te has quedado conmigo
y quieres de algún modo mi paz,
aunque poco a la distancia y un abrigo
que no me van a bastar jamás.
Somos los amigos de la mano:
perdonémonos del otro la locura,
y aunque a veces nos cueste la ternura,
esperémonos, que nunca ha sido en vano.
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