Ella también es mi luz y mi sol.
Esa es la magia de la
existencia:
nadie enciende una lámpara
para guardarla en un baúl,
sino para colgarla en el centro
de la casa y, así, ilumine a todos.
nadie enciende una lámpara
para guardarla en un baúl,
sino para colgarla en el centro
de la casa y, así, ilumine a todos.
Las tinieblas de la envidia
y el resentimiento desaparecen
cuando la luz se abre paso
llenando de colores el aire
y perfumando las almas con amor.
y el resentimiento desaparecen
cuando la luz se abre paso
llenando de colores el aire
y perfumando las almas con amor.
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