14 de marzo de 2018
DCCCLXXVI.- Borrón
Un día se me fueron alejando
los amigos, los hermanos, los parientes,
los testigos fui dejado de lado
sin saber con quien hablar y penitente.
Hago cosas que no pienso ni predigo,
digo cosas que probablemente no debí,
pero todos me conocen y me abrigo
en la esperanza de que sepan lo que fui.
No tengo nunca malas intenciones.
Me río de la vida y de mí mismo con humor,
pero estoy aquí rodeado de prisiones,
y no tengo las llaves para abrir el corazón.
¡Perdónenme, que estoy arrepentido!
No sé muy bien de qué, pero quiero volver
a sentir el oro grácil y sencillo
de la gente que me amaba antes de ayer.
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