Iñaki Piñuel mira hacia un lado
y nos dice que está lleno
de falsos, dañinos amores crueles,
que al fin y al cabo no son amor.
y nos dice que está lleno
de falsos, dañinos amores crueles,
que al fin y al cabo no son amor.
Dice que realmente no existe
modo alguno siquiera de salvar
al que subyuga, manipula y hiere
deliberada y morbosamente.
modo alguno siquiera de salvar
al que subyuga, manipula y hiere
deliberada y morbosamente.
¡No van a remitir! -predice.
¡Huir! ¡Huir! Es la solución.
Salvarnos y dejarlos solos
y evitar que de nuevo dañen.
¡Huir! ¡Huir! Es la solución.
Salvarnos y dejarlos solos
y evitar que de nuevo dañen.
Como si dejar solo a alguien
no fuese en sí mismo un daño
incluso peor, y también deliberado.
¡No somos sólo casco y maniquíes!
no fuese en sí mismo un daño
incluso peor, y también deliberado.
¡No somos sólo casco y maniquíes!
Somos equivocadas y erradas
equivocaciones humanas,
que a veces amamos con pasión
y a veces nos dejan por nada.
equivocaciones humanas,
que a veces amamos con pasión
y a veces nos dejan por nada.
Nos amamos y dejamos de amar,
saltamos al abismo de seguir viviendo
y conociendo, aunque acaso parezca
que ese amor no existe. Pero no.
saltamos al abismo de seguir viviendo
y conociendo, aunque acaso parezca
que ese amor no existe. Pero no.
que no pueda ser amada,
cobijada, cicatrizada, abrigada,
oída, comprendida y perdonada.
cobijada, cicatrizada, abrigada,
oída, comprendida y perdonada.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario