27 de julio de 2009

DXCVII.- La Parábola Garante Pregón


Permanezca nuestro Gran Amparador
-suave gárgola de música y peluche-
al acecho de la bicha perjudica antón:
ni se acerque a lo que la maldita escuche.

Nutre máscara del amplio regocijo Niño Dios,
que repele mano fiera al bandolero caminar,
por la noche que a mis hijos apartando.¡No!
Yo no quiero que la alcanzarán..

Hizo peste de su propia pestilente paloma:
no le nace aquello que no puede nunca parir,
y la vida que le mata limusina no menciona
lo que lúgubre perece, me lo deja sólo a mí.

Pero llega la curiosa, la pantruca y la pianola:
adivina la comedia que los ama, lo sé.
Fue mejor que la mamá, la niña de la cacerola
que sabiéndolo, me dijo: ya no hay nada por hacer.



2 comentarios:

Anónimo dijo...

otra vez te dijeron que noooo
no insistas más hombre si ya no te quierennn
viaja solito no mas

Cuculí Pop dijo...

Voy a leerlo de nuevo.
No me había dado cuenta del sentido...

Pero puedo jurar que hablaba de la nana..

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