
Se dedican desde niños a sudar animalejos
que provocan acertijos en el ser de los demás.
Abanicos en desuso que recogen jugando
y que de pronto tienen cientos en volante alrededor.
Se regalan en abismos de espectáculo vibrante,
animados como el ángela peluche de color:
prodigal que son en vida, candileja mirante,
que se guardan una pena en el silencio del rubor.
Se ha llenado de canciones esculturas sinuando,
desde Creta que mirándome la cara quiero yo.
Pasan horas en reflejo reproducto para tantos,
porque es tanto lo que aman que les mata el amor.
Yo he venido al escenario abandonado y vacío
para dar mi testimonio de sudor y admiración,
en honor de ciertos dioses que se alegran llorando
y que han honrado su estadía en el planeta con la voz.
que provocan acertijos en el ser de los demás.
Abanicos en desuso que recogen jugando
y que de pronto tienen cientos en volante alrededor.
Se regalan en abismos de espectáculo vibrante,
animados como el ángela peluche de color:
prodigal que son en vida, candileja mirante,
que se guardan una pena en el silencio del rubor.
Se ha llenado de canciones esculturas sinuando,
desde Creta que mirándome la cara quiero yo.
Pasan horas en reflejo reproducto para tantos,
porque es tanto lo que aman que les mata el amor.
Yo he venido al escenario abandonado y vacío
para dar mi testimonio de sudor y admiración,
en honor de ciertos dioses que se alegran llorando
y que han honrado su estadía en el planeta con la voz.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario