3 de julio de 2009

DLXXVIII.- Acicatesora Místico


¡Vida y meteoro para el próximo poema!
Él, que está esperando agazapado en mi interior,
es fábula, cigoto, llueventual delirio o pena:
juez que por la noche quiere ser mi redentor.

¡No seré Arriagada sin orgullo, ni Aravena!
Y eso que me brota con estrépito y fulgor
no germinaría si no compro de la buena,
tal como la tierra sin semilla no hace flor.

Algo hay en el aire que me saca del sopor:
viento peregrino que perfumanima y quema,
fuego a borbotones de mi bocalefactor.
Nunca está vacío lo que rara vez se llena.

1 comentario:

Anónimo dijo...

el vacío es el origen de la vida

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