
Los niños aparecen cada quince días,
con el alma consagrada al festival de las urgencias:
que la papa, la pelota y la mitad de mi vida
dedicada como siervo al vendaval de la impaciencia.
El domingo fui con ellos al paseo de la infancia,
al espléndido escenario, a caminar Valparaíso,
levantando ante sus ojos espectáculo y fragancia:
olvidé las detenciones de imputados y los juicios.
En el brillo de sus ojos aparecen melodías
y regreso a la primera eternidad de la abundancia,
cuando lloran y pelean, cuando llenos de alegría
me reciben dando gracias sin dolor ni petulancia.
La semana en la oficina no termina todavía:
miro a jueces y carpetas con total indiferencia,
porque el sábado se llena de juguetes y caricias
y de noche se me duermen sin angustia ni carencias.
Yo querría que esta fábula se diera con frecuencia,
siete noches, doce meses, que la luna fuera mía,
pero debo comprender la realidad con su violencia:
no soy más que la mitad de la naranja que los cría.
con el alma consagrada al festival de las urgencias:
que la papa, la pelota y la mitad de mi vida
dedicada como siervo al vendaval de la impaciencia.
El domingo fui con ellos al paseo de la infancia,
al espléndido escenario, a caminar Valparaíso,
levantando ante sus ojos espectáculo y fragancia:
olvidé las detenciones de imputados y los juicios.
En el brillo de sus ojos aparecen melodías
y regreso a la primera eternidad de la abundancia,
cuando lloran y pelean, cuando llenos de alegría
me reciben dando gracias sin dolor ni petulancia.
La semana en la oficina no termina todavía:
miro a jueces y carpetas con total indiferencia,
porque el sábado se llena de juguetes y caricias
y de noche se me duermen sin angustia ni carencias.
Yo querría que esta fábula se diera con frecuencia,
siete noches, doce meses, que la luna fuera mía,
pero debo comprender la realidad con su violencia:
no soy más que la mitad de la naranja que los cría.
1 comentario:
Aunque la mitad,
por ser "media" no basta,
sí que es suficiente
y nunca el amor gasta!
Malaya la luna que prenteda
ser más grande que estos dos solecitos!
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