
Necesito la pureza
de un rectángulo de flautas,
un ictiómino argonámbulo
que borre mi dolor.
De solícito destino,
vino blanco, manco trino
y de niños en el ámbito
más blanco que el amor.
En la noche de las uvas
cuando caen sobre moho,
del inféstido asesino
por el dios de lo traidor.
Una lámpara divina,
de poética, la flor,
que me olvide, que me bañe
y que me salve del horror.
No son almas las que nacen:
son ajena perdición,
son el sí de contumaces
caballeros, mentirán.
Abrirán cuando no sea
ni posible ni oportuno,
morirán con esa brea
y nunca se arrepentirán.
Es por algo que me habita
en el oscuro pasacalle,
por espacio de millones
de segundos yo querré.
Que un trapero poderío
de semilla y cloroformo
me levante y me coloque
en el primer andarivel.
3 comentarios:
qué coño es un ictiómino argonámbulo?
Eso, qué coño es? Jajaja...
Que poderío..con el vocabulário.
Me encanta el ritmo de tus poemas.
Un beso
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