
Mudartera, ruda y falsa es la ridícula palabra
zalamera que te altera, porque fuera del espejo
cada vez que nunca vino hasta tu puerta cuando cabra,
oscuro y lejos de la casa, solo y terco iba tu viejo.
Necio puto y convertido en una mísera neblina:
que ahora mismo se consuma en el amargo de tus miedos.
Porque hay una sola voz que llora auténtica y genuina:
la que grítalo en el fango tenebroso de tus dedos.
Falsas fotos cuelgan fijas de una estrella luz de cine:
las que tienen sólo mugre en las entrañas y dolor.
Ya no queda nada puro en el sopor que te ilumine:
ni darás jamás cariño ajeno sin tu propio amor.
zalamera que te altera, porque fuera del espejo
cada vez que nunca vino hasta tu puerta cuando cabra,
oscuro y lejos de la casa, solo y terco iba tu viejo.
Necio puto y convertido en una mísera neblina:
que ahora mismo se consuma en el amargo de tus miedos.
Porque hay una sola voz que llora auténtica y genuina:
la que grítalo en el fango tenebroso de tus dedos.
Falsas fotos cuelgan fijas de una estrella luz de cine:
las que tienen sólo mugre en las entrañas y dolor.
Ya no queda nada puro en el sopor que te ilumine:
ni darás jamás cariño ajeno sin tu propio amor.
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