
Porque somos algodón para paisajes delicados,
hay poquísima distancia entre nosotros dos:
un espacio diminuto, que no cuenta demasiado,
donde no tiene sentido la palabra adiós.
El Imperio de los Años nos pidió una tregua
y se supone que nacimos al firmar la paz,
en el lapso de segundos, un millón de leguas
o fractales infinitos para la posteridad.
La presencia de los mares ya no me intimida
y el desierto o los volcanes nos acercan más,
hacia el Ángel de los Sueños que al amar te cuida
y el instante en que dormidos nos cubrió la Eternidad.
hay poquísima distancia entre nosotros dos:
un espacio diminuto, que no cuenta demasiado,
donde no tiene sentido la palabra adiós.
El Imperio de los Años nos pidió una tregua
y se supone que nacimos al firmar la paz,
en el lapso de segundos, un millón de leguas
o fractales infinitos para la posteridad.
La presencia de los mares ya no me intimida
y el desierto o los volcanes nos acercan más,
hacia el Ángel de los Sueños que al amar te cuida
y el instante en que dormidos nos cubrió la Eternidad.
1 comentario:
Muy Bueno!!!!
La Eternidad ha de ser la que permita....
Salu2sssss......
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