
El mundo y la vida
rescatan nuestros sueños,
fragantes, risueños
y vuelvo hacia ti.
Cada día, cada tarde,
somos nuestros y nos arde
el futuro y la suerte,
en su cámara febril.
Pero algo se yergue
como un ángel del destino
que me llama, nos desata
y no nos quiere ver vivir.
La muerte se aparece
como rémora vergüenza:
yo siento su influencia
y me despido: ya me fui.
rescatan nuestros sueños,
fragantes, risueños
y vuelvo hacia ti.
Cada día, cada tarde,
somos nuestros y nos arde
el futuro y la suerte,
en su cámara febril.
Pero algo se yergue
como un ángel del destino
que me llama, nos desata
y no nos quiere ver vivir.
La muerte se aparece
como rémora vergüenza:
yo siento su influencia
y me despido: ya me fui.
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