
Siento todos los proverbios que he manchado
con la fauna matutina del pubis,
con el vértigo y la risa tremebunda:
no he querido parecer tan desdichado.
Los poemas que de pronto se escriben
en minutos, en poquitos segundos
son los más sinceramente honestos,
son amores que recorren el mundo.
Me gustan tus cejas, por ejemplo,
como blanco y fiel resumen no resuelto,
como el hombro más pecoso y delicado
como el arma novedosa de tu acento.
Y nos llevan flores almas de fragancia
hacia el fuego más directo y profundo,
pero colman fugitivos con sus ansias
los temores privilegios del difunto.
Son palabras amarillas que no alcanzan
y se dicen como frutas al pasar
mas recuerdan asesina la esperanza
del hambriento ministerio del mar.
con la fauna matutina del pubis,
con el vértigo y la risa tremebunda:
no he querido parecer tan desdichado.
Los poemas que de pronto se escriben
en minutos, en poquitos segundos
son los más sinceramente honestos,
son amores que recorren el mundo.
Me gustan tus cejas, por ejemplo,
como blanco y fiel resumen no resuelto,
como el hombro más pecoso y delicado
como el arma novedosa de tu acento.
Y nos llevan flores almas de fragancia
hacia el fuego más directo y profundo,
pero colman fugitivos con sus ansias
los temores privilegios del difunto.
Son palabras amarillas que no alcanzan
y se dicen como frutas al pasar
mas recuerdan asesina la esperanza
del hambriento ministerio del mar.
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