
Amiga, tienes hoy de nuevo
esa rara carita de algo.
Ya conozco la mirada que te grita
y ese gesto de tu boca que no dice qué pasó.
Un penoso llanto niño
se sostiene casi, apenas
de tus ojos y en la boca
no hallo besos para dar
Ni tus manos han querido
recoger de mí como antes
el saludo amable y tibio
que he traído para ti.
¿Qué ha pasado en este sueño,
cómo fue que la tibieza
se me ha ido, y tu certeza
ya no daba su calor?
Mira, socia golondrina,
siente el viento que nos lleva.
No eres Ana Karenina
ni soy Vronski esperador.
No hay anhelos en el alma
que se escondan o se mueran
ni moradas en el mundo
que contengan nuestro amor.
esa rara carita de algo.
Ya conozco la mirada que te grita
y ese gesto de tu boca que no dice qué pasó.
Un penoso llanto niño
se sostiene casi, apenas
de tus ojos y en la boca
no hallo besos para dar
Ni tus manos han querido
recoger de mí como antes
el saludo amable y tibio
que he traído para ti.
¿Qué ha pasado en este sueño,
cómo fue que la tibieza
se me ha ido, y tu certeza
ya no daba su calor?
Mira, socia golondrina,
siente el viento que nos lleva.
No eres Ana Karenina
ni soy Vronski esperador.
No hay anhelos en el alma
que se escondan o se mueran
ni moradas en el mundo
que contengan nuestro amor.
1 comentario:
Jamás me rendiré por ti...
Publicar un comentario