
Ya estás aquí y yo no lo había notado.
¡Es tu existencia ese milagro redentor!
Porque callando me había quedado
en soliloquio frente al ordenador.
No la irreal, sin aventura humana,
virtualidad sin tierra firme va a sanar.
Vamos andando codo a codo esta mañana
a la elegante vida mística y plural.
Ya me he quitado la escafandra pegajosa
para salir cual elefante de monzón
a aquella pura superficie calurosa
que se agiganta dentro de mí.
Sé nuevamente la pasión, la fantasía,
que estoy atento y vivo sólo para ti.
Si me arrepiento, me levanto y te busco.
y nada encuentro porque ya te perdí.
¡Es tu existencia ese milagro redentor!
Porque callando me había quedado
en soliloquio frente al ordenador.
No la irreal, sin aventura humana,
virtualidad sin tierra firme va a sanar.
Vamos andando codo a codo esta mañana
a la elegante vida mística y plural.
Ya me he quitado la escafandra pegajosa
para salir cual elefante de monzón
a aquella pura superficie calurosa
que se agiganta dentro de mí.
Sé nuevamente la pasión, la fantasía,
que estoy atento y vivo sólo para ti.
Si me arrepiento, me levanto y te busco.
y nada encuentro porque ya te perdí.
5 comentarios:
El poema rosado
amaneció enchulado.
Esta versión suena musical...
más que la versión original.
Y le sigo dando vueltas
porque nunca queda igual
al inquieto que conversa
en mi cabeza sin parar.
Deje de darle más vueltas
que estas líneas
ya están resueltas.
No sea porfiado, Pedrito
olvide este poema
y escriba otro nuevito.
siempre te leí...
a quien le escribes?
Dimé qué canción
y te diré a quien le canto.
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