12 de noviembre de 2008

CDXXXV.- Cuento Corto



Despídeme de todos
que no voy a volver:
la historia es una tumba
y mi cantata su réquiem.

Ripio de mujer desagradable:
que son diez años, que se depila,
que está en el baño,
que se congela.

La que escribía para mí,
quedó en el puerto;
la que soñaba nuestra vida,
se marchó.

La primavera que me amaba,
me dio un beso,
pero no quise y anduve preso:
ya me cansó.

Y luego llego hasta la casa insatisfecho.
Me siento frente al dios error de la interfás.
Tengo mi pucho, mi aguardiente, mi despecho.
Lloro mi sombra, mi dolor y mi alquitrán.

3 comentarios:

a.K. dijo...

Me encanta su rima obvia (no por obvia facil, no me lo tome a mal, que es mi cumplido) y tambien la sutil... Sus palabras inventadas y esta historia q alcanzo a pescar antes de terminar la lectura...

Le sigo atenta, le espero gustosa...

Hasta la Proxima

DEN dijo...

El Cuento de nunca acabar
Lo leí tantas veces
Que me terminó por gustar.

Y tú?
Cada día más Cucú(li)

Anónimo dijo...

No eludas la primavera, el dolor no pasará

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