10 de noviembre de 2008

CDXXXIV.- Nunca lo pensócrates


Aquellos que castigan a las almas sublimes,
antes las dejan de considerar:
por eso llenan el salón con la mediocre
y perezosa mentirosa multitud.

Lo que les brilla es lo que llevan en el pecho:
su fabulosa risa burda y caporal
que se evapora, aunque la guarden en secreto,
y no la logren comprender jamás.

Dolido cae el que escuchó todo eso,
sobre sus manos y su luz interior,
desnudo y dando al arrecife las alas,
que de sus ojos no se ha vuelto a hablar.

Hay una sola condición urgentemente,
una imperiosa, perentoria y necesaria también:
de liberar a cuantos sean los que viven atados
en oscuras catacumbas que se ocultan en la sien.

No importa que hayan accidentes en la ruta,
ni cuanta gente se detenga para vernos caminar.
En toda copa siempre puede haber licor o cicuta.
Yo me conformo con tener la obligación de soñar.

1 comentario:

Anónimo dijo...

te gusta la rima parece, interesantes imagenes

Nos gusta Cuculí Pop