
Presumido perezoso que engreído reclama
que le entreguen los billetes amarillos que merece
o le guarden un espacio cada noche en la cama
y relaten en la tele todo cuanto le acontece.
Se levanta lentamente como buen ciudadano
y recoge tras la puerta su periódico a color;
desayuna sin hablar de nada y tiene en la mano
un polluelo diminuto y blando reproductor.
En la ruta no obedece nada más que a su instinto:
“¡Adelanta por la izquierda, roto, aprende a manejar!”
Que le digan lo que quieran, que le da lo mismo,
que a la vuelta de sesiones se detiene en un bar.
Y no hay modo de evitarlo porque todos lo elegimos,
porque cada cuatro años se nos vuelve a aparecer,
con su rostro pide votos y la mano en el bolsillo,
y una foto en cada calle que ha colgado su mujer.
que le entreguen los billetes amarillos que merece
o le guarden un espacio cada noche en la cama
y relaten en la tele todo cuanto le acontece.
Se levanta lentamente como buen ciudadano
y recoge tras la puerta su periódico a color;
desayuna sin hablar de nada y tiene en la mano
un polluelo diminuto y blando reproductor.
En la ruta no obedece nada más que a su instinto:
“¡Adelanta por la izquierda, roto, aprende a manejar!”
Que le digan lo que quieran, que le da lo mismo,
que a la vuelta de sesiones se detiene en un bar.
Y no hay modo de evitarlo porque todos lo elegimos,
porque cada cuatro años se nos vuelve a aparecer,
con su rostro pide votos y la mano en el bolsillo,
y una foto en cada calle que ha colgado su mujer.
1 comentario:
fuerte esta entrada!!!!!!
ojalá pudiéramos tener memoria al momento de votar y así ir cambiando la historia...........
un abrazo, amigo
Publicar un comentario