
Vida copa de mi vino nunca lejos,
el cigarro de barata lumbre bien,
piano pobre que susurra, mi maestro
que me sabe, me conoce sin hablar.
Bella luz que sofoca y subleva,
y que aflora en la mirada de calor,
me promete largo aplauso, luna llena
para luego abandonarme cuando cae el telón.
Ahora quiero yo cantar muy decidido,
elevar mis manos blancas a la luz,
por saber exactamente a quien le canto
sin perder el hilo trago de mi voz.
Pero el juego y la primicia viven dentro
del sentido y lo que dice la canción:
que cantando por cantar se dice mucho,
pero sólo los gorriones dicen sólo la verdad.
La canción interminable, el escenario,
los claveles arrojados a las tablas por amor
y la quieta melodía que me llena de guirnaldas
son clamores inflamables que jamás olvidaré.
3 comentarios:
Señor Escritor: que le había pasado que llevaba tantos dias sin escribir, te había invadido el silencio?, tenias al público ansioso, y ayer, esperé todo el día que escribieras algo pues no era un día cualquiera, hoy cuando lo leí, descubrí que todo lo que dices y como lo dices me llega al alma, escribes muy lindo, no dejes de hacerlo!
besos
¿es idea mía o eres tú mismo el de la fotografía cuculí?,pareciera que sí, te recordé en Valparaíso, al ir a verte cantar,me da escalosfríos hasta recordarlo.
Que bien hayas regresado a escribir,te extrañaba mucho besitos!
me gusta el de la foto!
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