
Se despierta en mí tu coro lánguido carioca
y la tatiana majestad con que parece brillar
el arado jalapeño en mi sonar sencillo
que es el vino y el deseo que no logro contener.
Caprichosa y desnuda clorofila buscaremos
la vigüela en mi acicate caporal magnificente:
vigorinas ultravoces de mi cálido motor:
la quirina que algún día yo por fin conocí.
Que es el tímido aliento en mi candor de pajaritos,
grillo mínimo y provocas la libélula a vivir.
Porque angelinas tú casi todo lo que tocas,
le aseguras a mi trigo un harinoso porvenir.
y la tatiana majestad con que parece brillar
el arado jalapeño en mi sonar sencillo
que es el vino y el deseo que no logro contener.
Caprichosa y desnuda clorofila buscaremos
la vigüela en mi acicate caporal magnificente:
vigorinas ultravoces de mi cálido motor:
la quirina que algún día yo por fin conocí.
Que es el tímido aliento en mi candor de pajaritos,
grillo mínimo y provocas la libélula a vivir.
Porque angelinas tú casi todo lo que tocas,
le aseguras a mi trigo un harinoso porvenir.
1 comentario:
jaja que potoca
me recordó a la pototina, siempre me hizo gracia ese nombre, aah y la pototito...qué creativa esta gente de entonces.
El poema, muy lúdico y tierno
saludos
Publicar un comentario