
Yo no puedo liberarme esta vez.
Vivo signos del demonio nevado
en el infarto más recóndito y soez
de aquel infame cuculí corazón.
La sutura lleva cuervos aquí dentro
y llora herida una galaxia portentosa:
su profundo congelado desvelo
ha parido la nefasta mentirosa.
No hay naranjas, no hay juguetes.
Ya no quedan personajes que sonrían.
Y ha venido aquí a instalarse de pronto
un desierto deplorable de prisiones.
Yo miraba a la desnuda celosa
que sonreía dulcemente para mí.
Voy ahora a despertar por fin de todo.
Yo ya no quiero perdonarme de ti.
Vivo signos del demonio nevado
en el infarto más recóndito y soez
de aquel infame cuculí corazón.
La sutura lleva cuervos aquí dentro
y llora herida una galaxia portentosa:
su profundo congelado desvelo
ha parido la nefasta mentirosa.
No hay naranjas, no hay juguetes.
Ya no quedan personajes que sonrían.
Y ha venido aquí a instalarse de pronto
un desierto deplorable de prisiones.
Yo miraba a la desnuda celosa
que sonreía dulcemente para mí.
Voy ahora a despertar por fin de todo.
Yo ya no quiero perdonarme de ti.
2 comentarios:
Por fin...en estas letras reconozco a mi poeta favorito, ya no tan triste, ni tan solitario como a mi me gustaba.
Yo lo veo màs solo y herido, cuculi què te pasa?
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