
Hoy se acaba todo lo que un día quisiste,
termina para siempre el sueño tierno, amigo,
del canto fabuloso que elevabas compañero
al gran amor pacientemente grato y femenino.
Tú querías el trino de las claras mañanas,
la primavera noble del lirón calipso
que perdurara largas hogareñas dichas:
campanas de una fe que no requiere testigos.
¿El cielo era cobarde y nunca nadie te lo dijo?
¿La estrella congelada huyó de todas maneras?
¡Es bruma inexistente porque nada has tenido!
Porque este es el planeta de los ríos fijos,
su marcha entre millares de dichosas praderas
fue sólo viento seco y pura sangre de granito.
1 comentario:
Don Cuculi
Uno da la vuelta y usted viene con el pan cocinado.
Me permito unas pequeñas palabras para no interrumpirle la furia creativa.
Me recordo el drama de Benjamin y el Angelus Novus. El rio fijo. La marcha del rio como viento seco. La sangre como granito... Siempre se descubre la naturaleza de todo flujo en la caida de la catarata.
Un saludo desde Lima
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