
Que se escuche lengüetear mi boca,
la que busca bajo el hombro suyo,
la que muerde fuertemente y puede,
la que pide tontamente bocas,
caminar y sin pisar, enteramente
sobre el alma clandestina de ese hedor
aliñoso de su vientre y apetito!
Soñando y novedoso turbio,
quien habría de mirar de nuevo
a esa misma bandolera blanca,
a esa millonaria molestosa,
tan urgente luna llena de limones,
tan amiga luminosa portentosa,
tan confusa, poderosa y fértil,
tan entera occipital y abandonarla luego,
para atar una vejiga de calor
junto al mástil que ha latido lágrimas
como un párpado feroz que arranca
todo lengua clandestina y cicatrices?
Qué desnuda es la humedad de la medusa,
toda entera y noche lenta en regocijo,
todo un largo y melancólico silencio en agonía,
desde donde un goterón de gritos,
buena fe de carcajadas escondidas,
el oscuro que te atrapa y que te muerde
y que saca de tu boca siete niños
y otras raras costumbres hogareñas.
la que busca bajo el hombro suyo,
la que muerde fuertemente y puede,
la que pide tontamente bocas,
caminar y sin pisar, enteramente
sobre el alma clandestina de ese hedor
aliñoso de su vientre y apetito!
Soñando y novedoso turbio,
quien habría de mirar de nuevo
a esa misma bandolera blanca,
a esa millonaria molestosa,
tan urgente luna llena de limones,
tan amiga luminosa portentosa,
tan confusa, poderosa y fértil,
tan entera occipital y abandonarla luego,
para atar una vejiga de calor
junto al mástil que ha latido lágrimas
como un párpado feroz que arranca
todo lengua clandestina y cicatrices?
Qué desnuda es la humedad de la medusa,
toda entera y noche lenta en regocijo,
todo un largo y melancólico silencio en agonía,
desde donde un goterón de gritos,
buena fe de carcajadas escondidas,
el oscuro que te atrapa y que te muerde
y que saca de tu boca siete niños
y otras raras costumbres hogareñas.
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