
Todos me conocen en el fondo,
porque llevo en las manos el fondo de mí,
pero nadie me ama mucho en realidad,
porque trotan y me tratan como niño de jardín.
He mirado todos los lirios en el campo
y la promesa ciega que el infausto se llevó,
mas nunca pude hallar la flor de añadidura,
las aves que no hilan ni al viejo centurión.
Soy un escalón en la espiral del triunfo
que logran los que nunca se dignaron a vivir
un mundo sin vida ni sangre; un eslabón
donde todos los infames se aprovechan de mí.
Amar sin esperar en tanto me eres de provecho.
Olvidarte para siempre, porque ya te utilicé.
Vivir y trabajar en la faena de los hechos.
Ignorar al que no sirve para amar a los demás.
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