Mi madre cierto día despertó riendo.
Nació la niña nueva que jugaba a la ruleta
y así tan diferente a la mujer que me crio,
que sin querer parió a este niño viejo poeta.
Nació la niña nueva que jugaba a la ruleta
y así tan diferente a la mujer que me crio,
que sin querer parió a este niño viejo poeta.
Y yo que le cantaba las palabras
inventadas,
y a veces dibujaba ciudades ficticias,
o bien almacenaba escarabajos fabulosos
de todo me reía todo el día de mí.
y a veces dibujaba ciudades ficticias,
o bien almacenaba escarabajos fabulosos
de todo me reía todo el día de mí.
De cinco pisos blancos edificios yo
subí.
De cuatro puertas cada piso yo toqué
Y cinco chilenitos ofrecía por bolsa.
De veinte bolsas llenas la bandeja feliz.
De cuatro puertas cada piso yo toqué
Y cinco chilenitos ofrecía por bolsa.
De veinte bolsas llenas la bandeja feliz.
Lloraba aquella tarde desolada su dolor.
Su rígido carácter apagó la sangre.
¡Y a mí no me nació ni consolarla, por Dios!
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