
Yo voy detrás de peces, en acuático feliz,
y sigo más de prisa picoteando el agua fría,
que nadie se me arranca, que nadie lo sabía:
mi boca ha iluminado todo a costa de marfil.
Profunda nieve lauca en el umbral de mi niñez:
volar de mil parinas en el techo del mundo.
La mar inmensa va al acantilado iracundo
de espuma y noctiluca, que mojaba mis pies.
El faro abandonado primitivo en que dormí,
la vieja ropa blanca que estilaba todavía,
detrás de las cornisas donde niño subía.
¡Me he visto tantas veces en el iris de ti!
No hay comentarios.:
Publicar un comentario