11 de mayo de 2009

DXLVIII.- Barrio Puerto



Duermo solo y sólo restan cuatro años
para ser un viejo, casi falta nada.
Que la vida es una infame en tres peldaños:
niño, máquina y herrumbre, sin almohadas.

¿Qué dirán de mi fortuna los amigos?
Nada, poco en realidad: no tiene caso.
Todo el tiempo llego con el mismo trigo
y la misma harina lágrima y fracaso.

Mas allá en la calle Blanco
hay una lámpara floral:
un hermoso piso cálido me espera.

Rica fábula primicia
de la gran felicidad,
un clamor de libertad, mi primavera.

1 comentario:

Leni dijo...

Quién así llegó a mi casa.
Con un poema en la mano.
Quién con sus versos traspasa.
Lo rugoso torna llano.

No ha de pasar como río.
Ha de quedar como brisa.
Como una bella sonrrisa.
Por eso yo a tí te sigo...

Un abrazo¡¡
Y mil gracias por tus palabras.
Me ha encantado leerte.
Siempre hay algo esperándonos.
La aventura de la vida solo acaba con ella.
Seguimos

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