En el frío de la noche inmensurable,
un arqueópterix novato que volaba
fue llenando de polvillo la comarca
donde acaba el poderío del sol.
Si tú mueres, buscaré yo, doloroso,
justo allí donde te escondan en la arena
e izaré la negra sábana dormida:
algún día, juro que te encontraré.
Porque bordo lentejuelas de Calisto,
porque atrapo musarañas en plutón,
porque límpiole su fraude a la Titania
y pertenece un halo entero al Oberón.
Llevaré una suave lámpara curiosa
en la bruma estrellada de la vida imposible,
quieta mar desesperada que lucen tus pies,
y es que nunca morirás para mí.
un arqueópterix novato que volaba
fue llenando de polvillo la comarca
donde acaba el poderío del sol.
Si tú mueres, buscaré yo, doloroso,
justo allí donde te escondan en la arena
e izaré la negra sábana dormida:
algún día, juro que te encontraré.
Porque bordo lentejuelas de Calisto,
porque atrapo musarañas en plutón,
porque límpiole su fraude a la Titania
y pertenece un halo entero al Oberón.
Llevaré una suave lámpara curiosa
en la bruma estrellada de la vida imposible,
quieta mar desesperada que lucen tus pies,
y es que nunca morirás para mí.
3 comentarios:
¡Qué imaginación más bella! Esta página logra que uno se interese por esas formas olvidadas del amor y la poesía, y se ponga a cantar y se vaya cantando, inventando amores cercados por muros gigantescos, donde caballeros y doncellas arremeten contra sus deseos más aciagos y profundos. Gracias... ha sido un viaje fantástico!
Es un honor el que tú me haces.
No tengo nada más que decir.
Gracias.
Todavía Lactea...insuperable
Comparto todo lo dicho más arriba...
y en particular de éste diré que hay cosas tan perennes habitandonos, que aunque cien años o mil muertes
un beso
Publicar un comentario