
Carbunco callado una copa de vino,
setenta y dos años viniendo hacia mí.
Peligro y temor que escarbando en la arena,
se oculta y se ignora y se queda sin ti.
Qué noches aquellas, amante canícula.
Pobre agitando su lávala tú.
Yo bebo y persigno una baja que sea.
Yo quiero y no fétido alcance a vivir.
Destino impoluto, pitágora tul.
Quisimos unirnos y hacer de una vez
felices los niños que duermen entonces
y vámonos antes que sea varón.
Ridícula zorra dudando que me habla
por medio de toda su láguila cruz.
Al menos no he visto otra vez a esa gente
que hacía ya noches mi rostro piñén
Que larga aventura cayendo tritones
y pulgas y juergas y lento con él.
Alegres y lágrima logre calculo
que nunca seré como fui aquella ven.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario