28 de febrero de 2021
MXCVIII.- Caripilún
Yo vivo dentro de una caparazón.
Una coraza me protege del miedo,
me impide sentir, rogar y no creo.
Un muro me rodea el corazón.
No sufro no gozo, ni río de alegría.
No hay misericordia y ya no lloro.
Se me ha secado el alma de pavor.
No hay diferencia entre la noche y el día.
Hallaron al niño y no he sentido nada.
Solo vergüenza por la vulgaridad.
Pero la pena que abruma a la manada
ahora de noche me desvela en la mitad.
El drama humano pasa frente a mí.
No hay nombres, sino usuarios,
ni dolor sino calendarios.
Sólo un gran caso con Ruc y Rit.
Como un Conde de Montecristo,
no veo Justicia sino venganza.
Como un estúpido Sancho Panza,
no veo gigantes sino molinos.
Soñé que vivía prisionero en mí.
Que intentaba huir pero no podía.
Y quería sentir, pero no sentí.
Solo una larga y perezosa letanía.
Ahora quisiera ya no estar muerto.
Alzar mis manos: decir que sí.
Llorar un poco o tal vez dormir.
Y abrir los ojos cuando despierto.
Suscribirse a:
Comentarios de la entrada (Atom)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario