12 de febrero de 2020
MXXXVIII.- Solaparéntesis
Son ellas, son él, que guardan un secreto
siniestro, dormido, vestusto, podrido.
Nos hacen creer en la rara virtud
que guía sus pasos, su generosidad.
El cura sagrado o tu mujer perfecta,
el padre del año y mi líder sindical.
Te halagan, te siguen y dicen que aman,
se aburren y duermen, te evitan, te borran.
Los miras, les crees y aplaudes, los quieres,
te entregas, te ignoran, te ciegas y mueres.
Se alimentan de ti, de mí, de todos,
y no cejarán hasta verte desnudo.
Viven con nosotros y nadie los odia:
el mundo los perdona y el resto los padece.
Arrastran un largo lodazal de miseria
y tienen el rostro cubierto de heces.
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