5 de febrero de 2020
MXXXV.- El Blues del Ecoísta
Sangre de mi espejo,
déjame partir,
únete a mi duelo
y no quieras más de mí.
Yo quise hallar al niño
que duerme abandonado,
pequeño y dañado
en el fondo de tu ser.
Pero es un brillo falso,
tan frío como el filo
que cae en el cadalso
si dejo de existir.
La envidia es tu aliciente
y yo te llevo el pan
que nunca es suficiente:
no dejo de intentar.
Un día fui tu cielo
y de pronto, lo peor.
No puedo alzar el vuelo,
porque eso no es amor.
Zarpa que no aplaude,
la culpa no era mía,
el mundo no es un fraude:
yo vivo todavía.
Acaso sea un consuelo:
ser de utilidad.
Tu mundo paralelo,
conmigo ya no más.
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